viernes, 31 de diciembre de 2010

De lo dicho a lo hecho

El camino es derecho.
Es derecho en el sentido de economizar viaje. De unir dos puntos por el camino más corto.
Pero también es derecho como característica intrínseca nuestra. El camino es un derecho, y nos tenemos que apropiar de él. Es nuestro, sólo hay que tomarlo. Actuar. Sentirse sujeto, el mismo sujeto indivisible que iba al lado del predicado en la primaria (ya no más, sólo en la primaria), el que hacía las cosas como se le cantaba el culo, salvo los perros marrones.
Ser actor implica moverse. Moverse implica dejar la comodidad o la bien amada paja de estar quieto. Tenemos que ponernos (las pilas y como personas) para tomar al camino. Algo que es nuestro y que lo tenemos que tener, para moldearlo como mejor nos parezca, derecho, sinuoso, mojado. Dentro de los límites que tenemos, hacer el camino, derecho y por derecho, para que no haya largo trecho

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