jueves, 23 de diciembre de 2010

Confesiones sociales (o socializando confesiones)

     Tengo que decirte que me avergüenza todo esto. Soy bastante orgulloso, y reconocer mis defectos y fracasos no es algo que suelo hacer. Pero hay algo que me está dando vueltas desde hace bastante. Es más, creo que ya es un ente independiente de mí. Es hora de sacarlo y cagarlo a patadas.
     Fracasé. Sí, ya sé, todo el mundo tiene frustraciones y que son cosas que se superan eventualmente. Vos das muchísimas oportunidades (ja, igual nos tenemos que juntar a hablar de las probabilidades que tiene cada uno de tener oportunidades, me parece que chamuyás bastante por ese lado, aunque no cacho mucho te Matemáticas) para reivindicar cada vez que no cumplimos con algo. Pero yo siento que mi vida entera es una frustración. No cumplí con las expectativas que tenías de mí. O no con todas al menos.
     De chiquito me bombardeaste directa o indirectamente con lo que esperabas de mí, con las mejores intenciones y toda la buena onda, quiero creer. El cómo lo hiciste, me pareció a veces burdo, pero muchas veces muy original. Familia, tele, escuela, y todo contacto con alguien que no fuera yo me iba orientando a lo que esperabas de mí, mientras además me llenaste de info de que carajo eran y lo bien que estaban los países, las provincias, la patria, la familia, la iglesia, bla bla bla.Y así como sé que Belgrano, San Martín, Sarmiento, Maradona y estudiar son buenos, sabía que yo tenía que ser algo útil. Justo me tocó cuando vos andabas por parte capitalista. Qué se yo, son cosas que pasan, mala suerte (para vos). Y yo tengo que ser un empresario exitoso, o un futbolista exitoso, o un músico exitoso. O algo dentro tuyo, pero exitoso. Las fórmulas para llegar al éxito están ahí, son evidentes, aunque mucha gente no sepa aplicarlas. Qué bobos, realmente, siendo todo tan fácil, andan ahí durmiendo por la calle.
    Pero yo te terminé fallando. Primero, no me dediqué al fútbol ni a otra actividad cómoda, que me retribuya lo necesario para estar feliz con vos. No digo que estoy incómodo, no, para nada. En algunas cosas estoy con vos a muerte. Soy consumista, me cabe la tecnología, compro libros, ropa, miro tele, voy al cine, miro fútbol, consumo. Te consumo y soy feliz. Pero no puedo hacerlo todo el tiempo. Me siento un poco aislado. No, no te enojés, en realidad me aislé yo, obviamente. No supe aprovecharte, y me tiré a la marginé. Sí, supongo que el hecho de no estar cómodo con vos me dio ganas de ver un poco más de qué se trataba. No tendría que haberlo hecho, no era tu idea. Pero lo hice.
    Igual está bueno que seamos varios lo que lo hacemos. Creo que cada vez un poco más. Te criticamos desde adentro (no nos pudimos escapar del todo, sos terrible eh, son muy lindos tus ipods, tus pelotas, tus teles, tus camisetas, tustustus que ahora son míos, son míos mientras vos te cagás un poco de risa de mí), pero con la misma buena onda que vos algunos, otros con más violencia. Aunque a veces somos un poco funcionales a vos (cómo garpan las remeras del che, los libros lindos de los antiguos zurdos), te molestamos más de que quisieras. Ojalá pueda yo salir algún día, separarme un poco más de vos, así podemos sentarnos a tomar un café (frapuccino, hace calor) y hablar de algunos temitas. Igual fijate como sos, eh. No puedo pensar en otra cosa que en café, frapuccino, y aire acondicionado. Sí, es verdad, gracias por eso. Por eso y otras cosas. Ojalá algún día pueda pensar sin que me condiciones tanto.
     Bueno, no te molesto más. Debés estar súper feliz con esto de las fiestas. Yo también, no es que soy un insensible. Lo que vos hacés crea otras cosas que en sí son copadísimas (¿fuiste a la cancha alguna vez?¿y a algún asado?). Entonces, muchas gracias. Y felices fiestas, si no nos vemos.
     Saludos, Nico

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