martes, 15 de marzo de 2011

Las elecciones en Catamarca dejaron un par de cosas interesantes. No mucho, porque durante el año puede pasar cualquier cosa y porque los votos emitidos ahí son un poco menos del 1% del padrón nacional; pero algo se puede sacar. Desde el 2009, el Kirchnerismo no paró de crecer. En ese año, el Frente Cívico y Social le había sacado aproximadamente 10% de diferencia en elecciones de diputados y senadores. Este partido casi no bajó en votantes: fue el FPV el que creció. A costa de los votos en blanco, que disminuyeron en valores absolutos en un 50%, y de la influencia de otros partidos chicos. Entre estos, hay que destacar la pésima elección de Proyecto Sur: es muy difícil plantearse como una 3era opción con un 1.4%, 2.500 personas de las cuales 1700 fueron de Andalgalá, lugar donde ganó la intendencia. Eso sí, son más de los 712 votos que sacó en 2009. Pero dado que se trata de una provincia donde el tema de la minería (caballito de batallas de Pino) es más que relevante, el crecimiento de 1 punto porcentual deja mucho que desear.
Ahora bien, el avance K es bueno siempre que signifique una gobernación radical menos. Evidentemente, mejoraron en su gestión nacional estos últimos dos años, y tuvieron mayor reconocimiento y efectividad. Por otro lado, que se haya logrado a partir de alianzas con caudillos de una de las provincias con menor desarrollo del país, deja bastante que desear


Hay años que tienen que ser importantes. Uno lo siente, o más bien, se lo hacen sentir a uno. Quizás todo nace entre (demasiados) pan dulces y garrapiñadas, y sobrevive hasta marzoabril. Pero es una realidad, es muy difícil advertir cuando las cosas inventadas por uno (religión, ideologías, etc) empiezan a tener una influencia real, porque determinan nuestras acciones que sí son reales.
Lo divertido es que tenemos muchas opciones para hacer que los años sean importantes, recordables. Y lo más divertido es que muchas veces lo pienso como boludeces. Si voy vestido rosa a un cumpleaños, las fotos que saquen van a ser increíbles, y el año va a ser recordado como "el año en el que el boludo este usó el vestido rosa". Y eso alcanza, al menos en parte, para hacer un poco distinto al año. Intervenir para que no todo sea igual, con un poco de humor e ironía. Otras cosas no son boludeces, y no siempre quedan bien. A veces fuerzo la realidad, le meto ideas que no salen de ella, sino de mí, lo cual crea un desfasaje como mínimo incómodo. El famoso "Este es el año" es absurdo, porque no, porque hay que trabajar un poco más para que lo sea. Paciencia.


Parece que cada vez nos van a exigir un poco más. Antes era el vivo y directo. Tener capacidad de expresarse bien en forma oral era la clave de las relaciones sociales. Ahora eso no alcanza. Primero, hubo que desarrollar temas y tonos de voz para poder manejar el teléfono, que secciona de gestualidad y expresiones a la comunicación. Después, los distintos medios escritos de internet nos llevaron a mejorar nuestra capacidad expresiva en la pantalla. Es decir, mientras que limpió más aún de contexto a nuestras frases, a la vez se impuso como desafío y necesidad que nuestra escritura se desarrollara, sea cual sea nuestro objetivo. La apropiación de distintas formas de escribir, que están influenciadas por diferentes acciones tales como lecturas, contexto personal, etc., nos convierte a todos no sólo en escritores que destacan, sobre todo, la función poética del lenguaje, respetando (o no) las reglas de hortografía, usnd abrv cndo consideremos necesarios, reemplazando algunas letras x otras tantas, eligiendo el léxico adecuado...


Martes 15/03. 03:52 AM
Me despierto y no sé por qué. Supongo que tendré ganas de ir al baño, o bien algo está por pasar (siempre abro los ojos  antes de que algo pase, es mi sexto sentido). Me paro, por las dudas. Ah, sí, dolor de espalda me despertó. Bueno, me acuesto. No, no pasa, me duele. Y sí, si dormía acostado, cómo no me va a doler, la puta madre. Algo positivo: al menos no son las 7 ni me tengo que ir a bañar. Me encanta tener sueño y pensar en frases cortas.
¿Qué hago? Lloro. No, no sirve. Sí sirve, pero no ahora. Ah, diclofenac tengo por acá. Pero no agua. No me pienso mover, asi que a tragar. Ahora sí, conciencia tranquila, mucho sueño,  a acostarme, a dormir. Espalda, te odio. Igual, voy a ir hasta al pasillo. Mirá si pasaba algo afuera, y me desperté por eso. ¿Ya estoy dormido? Mejor bajo y busco el agua, tengo la pastilla en la garganta todavía.

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